Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la
espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de
viento, con otros sucesos dignos de felice recordación

de Miguel de Cervantes Saavedra

En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

-La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque
ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados
gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos
despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio
de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

-¿Qué gigantes? -dijo Sancho Panza.

-Aquellos que allí ves -respondió su amo- de los brazos largos, que los suelen tener
algunos de casi dos leguas.

-Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son
gigantes
, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que,
volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

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